El sábado pasado tuvimos el mercado navideño local. Cerraron la calle principal para llenarla de puestos que vendían todo tipo de artesanía dirigida a estas fiestas. Este año me paseé mirando y admirando lo ingenioso de lo que exponían. La imaginación humana es poderosa para alcanzar a crear objetos tan rebuscados y decorativos. Los artesanos explicaban con orgullo sus creaciones y los que preguntaban, u observaban como yo, nos quedábamos hechizados por tanta belleza.  

Tenían varias cosas para hacer gozar a los niños. A éstos se les oía gritar con alegría en las actividades que se les ofrecían. Me sorprendió una enorme burbuja, que se puede apreciar en la foto. La idea era de hacerle sentir a los niños estar en la nieve, y le hacían fotos en una silla de renos, que mi cámara no llegó a alcanzar. Los niños tardaban en colocarse en la silla porque la burbuja se movía y la imitación de nieve era resbaladiza. Los padres, con sonrisas de satisfacción de ver disfrutar a sus hijos era todo un espectáculo. Un fotógrafo en una posición muy rara intentaba sacar las fotos más graciosas para después vendérselas a los padres. La música era agradable y animadora, no era la típica de villancicos. Tampoco vi nada religioso. Si lo había, me lo perdí.  

Se acaba noviembre, cuando empezó os sugería mi libro “Mi Despertar” como idea de regalo. Os lo agradecerán. Hace tres días, me dijo una profesional: “desde que he apartado unos minutos al día para meditar y leo tu libro, la vida me ha cambiado. Ahora no siento la ansiedad de no llegar a hacer todo, sino que me siento serena y con tranquilidad interior”.  

Estoy Agradecida

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