Quiero explicar a los que no me entendieron en el post anterior que lo que escribía sobre Paris era personal. Mis sentimientos del pasado y del presente parecían una buena analogía a los cambios de nuestros dos mundos: el que estamos dejando atrás y el que está a punto de empezar.

Cambiar y evolucionar es constante. ¿Tú que crees? Si observamos la naturaleza podemos ver que está cambiando constantemente. ¿Has observado todos tus cuerpos? ¿Qué hacen? Ahí está la contestación.

“Si llegamos a algún sitio ¿cómo sabemos si hemos llegado?”. Si tenemos en cuenta que el camino tiene desviaciones y cada persona escoge la dirección que desea, veremos que hay diversidad de opciones y el escoger es personal. Para mí es volver a casa a mi “yo Soy”. Y quiero regresar habiendo terminado con éxito mi proyecto, el que vine a hacer aquí en el planeta Tierra.

No hay que sacrificarse para tener cambios favorables. Ante todo, hay que saber quién eres, tu razón de estar aquí, qué viniste a hacer, qué quieres, qué resuena en tu corazón y si eres coherente en ese resonar en todo lo que piensas, sientes y actúas. Después, observarte y ver cuántos pensamientos, emociones, comportamientos y acciones entran que no son coherentes contigo mismo. Cuando solo sientas amor incondicional hacia ti y hacia el mundo entero, hacia todos y todo sin sufrir, ni criticar. Entonces, sabrás que estás en el camino de la Luz.

Yo Soy la fuerza de la vida y tú también.

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