Mis mejores deseos de salud y bienestar.

Hoy hablé con un amigo con el que no había hablado durante años. Ella me dijo algo genial que me hizo feliz y me inspiró a escribir este blog.

Durante años sufrió mucho física, psicológica y emocionalmente. La historia es demasiado larga y complicada para contarla, pero para que os hagáis una idea os puedo decir que pasó años en un estado tremendamente difícil. Tuvo muchas operaciones y tratamientos. Con el paso del tiempo, salieron a la luz errores anteriores, intervenciones no deseadas, injusticias de muchos sectores y mucho más. Cuando finalmente llegaron a un entendimiento común y las cosas empezaron a mejorar, todo contribuyó a que ella mejorara. Había sido tan difícil que una pequeña mejora era un fortalecimiento de la esperanza para ella. Tomó tiempo, pero logró volver a una vida normal. Recuerdo su llamada y la emoción feliz en su voz cuando me dijo que todo iba bien y las cosas que podía hacer. Ahora solo quedaba una cosa: la frustrante rabia y el dolor que la mantenían psicológicamente atada.

Hoy dijo que estaba llena de armonía y bienestar. Sus palabras fueron: “He sido así desde que perdoné. Cuando me dijiste que perdonara, lo hice y ahora estoy muy bien. Recuperé mi vida”.

Estoy tan feliz que quería compartir esto para todos aquellos que sufren porque no quieren perdonar. La respuesta al perdón es la curación de pensamientos y emociones que te limitan y te atan, haciéndote sufrir. Si eres uno de estos, la cura está en tus manos.

Permite que el perdón te libere.

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