Hoy viajo a un lugar de montañas muy altas para estar una semana en silencio. Allí estoy aislada sin contacto con gente, sin hablar con nadie ni poder expresar las muchas cosas que siento. Allí estoy sola, totalmente sola. Cuando ya me acostumbro al silencio exterior, el ruido interior se despierta con fuerza. Me habla de heridas pasadas aún abiertas que quieren atención, cura y amor. Aquí es necesaria mi confianza en mi ser superior, para atender y curar aquello que creía olvidado y otras cosas que no sabía que existían. Las herramientas para tratarlo las encuentro en mí. Sé que puedo porque ya tengo mucha experiencia.

Si queréis visitarme subid a un globo, lanzaos al aire y echad un vistazo.

Todo es posible cuando crees que lo es.

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