Me gusta que reflexionéis y os hagáis preguntas. Hay algunas que me han llegado y siento mucho no tener las respuestas que deseáis. Cada uno de nosotros somos un mundo, aunque seamos todos parte de la misma energía. Somos olas en un océano gigante. Cada ola es diferente, pero pertenece al mismo océano. Por eso mismo, el escenario de la vida de cada uno de nosotros está basado en lo que somos y lo que nos rodea. Sin embargo, me atrevo a decir lo siguiente:
El miedo que sientes de hacer daño a los que quieres al romper los límites que te has puesto tu mismo está en ti. Si ya has creado un escenario con límites, miedo y daño: lo que puede salir es el resultado de tu creación. Todo está en tu mente. Lo interesante es que también se puede eliminar de la misma manera que lo creaste. Es cuestión de ir hacia atrás cambiándolo. Cada individuo es una ola y por eso cada uno tiene que encontrar su propia corriente que le empuje en la marea en la que se encuentre, solo o con ayuda de algún profesional.
Has de tener cuidado al autojuzgarte. Si te juzgas antes de entrar en acción, no puedes ganar, porque ya te sientes perdido. Cuando quieres cuantificar los daños que puedes causar con tus acciones, habría que ponerlos en una balanza. Los tuyos con respecto a los de los otros. También habría que pesar los beneficios de los dos lados. En cuanto a encontrar la felicidad, depende del oleaje en el que te encuentres y que sepas aprovechar.
Aquí lo importante es saber quién eres, qué quieres de la vida, por qué has venido al planeta, si ya estás haciendo lo que viniste hacer, y más … Todas las respuestas están en tu corazón. Tienes que ser sincero contigo mismo. No puedes engañarte, porque eso se paga caro. Si escuchas bien, tu corazón te guía a donde tienes que ir. Es el corazón que sabe cuál es nuestro recorrido. Nadie puede aconsejar a nadie, porque lo de los otros no encaja en lo nuestro. Somos únicos. Por eso es tan importante que sepas quién eres, cuál es tu esencia.
Yo Soy la fuerza de la vida y tú también