La observación es muy importante a todos los efectos y en todo lo que pensamos, sentimos y hacemos. La observación nos hace que tomemos una pausa de manera a ver, oír, sentir, tocar, saborear lo que esté presente para nosotros en ese momento. Así nuestros sentidos tienen el tiempo de tomar toda la información que necesitamos, aunque no sepamos para qué ni para cuándo. Son procesos automáticos y con frecuencia estamos lejos de entenderlos. Sin embargo, los resultados nos llegan lo sepamos o no, los apreciemos o no.

Los niños saben observar. Tienen los sentidos muy despiertos y no se les escapa nada. Los habrá que hagan comentarios, pero muchos se los callan. ¿Os ha pasado a vosotros? ¿Recordáis por qué os callabais? Mucho de lo que se padece de adultos tiene que ver con las experiencias que se tuvieron en la infancia. La gente no siempre las conecta. He tratado a adolescentes y adultos con graves problemas y la solución estaba en encontrar la conexión en el pasado.

Observar es enriquecedor y nos ayuda a aprender con más profundidad. También nos ayuda a conocernos a nosotros mismos y a buscar dentro de nosotros las respuestas a todas nuestras preguntas e inquietudes. ¿Te observas? ¿Con qué frecuencia?

Yo Soy la fuerza de la vida y tú también.

Los que tengáis preguntas, podéis hacérmelas abiertamente o en privado. Siempre que pueda contestaré. Los que estáis en redes sociales dadle al “me gusta”. No sabes a cuántos puedes ayudar. (Ya sé que hay muchos que no estáis en las redes sociales).

Read in English>>