Prometer algo o pedir que alguien te prometa alguna cosa, es una manera de endeudarte en los dos casos.

La gente hace promesas sin responsabilizarse de las consecuencias que conllevan. Son ataduras que más tarde nos impactarán en lo que hagamos, de muchas maneras, y nos limitarán. Casi siempre sin que seamos conscientes de ello.

“Te prometo que …” Y lo prometido nunca llega. ¿Por qué prometer si te vas a olvidar de lo que prometiste? El peligro es que se puede hacer daño.

¿Haces promesas sin asegurarte que las puedes cumplir? Vuelve a pensarlo. Esas promesas quedan grabadas en el cosmos. Todos los pensamientos creados por aquellos que esperan recibir lo prometido también quedan grabados. Cuando no se cumplen las promesas, surge el conflicto. Energías disonantes emanan, se extienden y adhieren a todos los que magnéticamente atraigan.

No hagas promesas que no estás seguro de poder cumplir.

No des por seguro que vas a recibir lo prometido, te ahorrarás desilusiones.

Cuando te dicen: “prométeme que …” o cuando tú dices: “te prometo que …” piénsatelo porque te estás poniendo en deuda con esa persona. Es bueno recordar, si haces una promesa o pides que te la hagan, eso va a ocupar espacio en tu mente y ambas partes quedáis en deuda. Si recibes promesas no tienes que atarte a ellas, si quieres evitar este tipo de emanaciones energéticas

Nadie necesita promesas, porque ya nos va llegando naturalmente aquello que nos corresponde en la vida.

Read in English>>

promises