Si nos permitimos el tiempo de observarnos con profundidad, especialmente lo que pensamos y sentimos, veremos con claridad muchas cosas con relación a los otros que no son como creemos que son.
Parto de la base de mi experiencia con muchos que sufren por ideas equívocas, pero no se dan cuenta. Para ellos es exactamente como lo ven y no les cabe en la mente que pueda ser diferente. Aquí no depende de ninguna acción o palabra dicha para enojarles, es simplemente como ellos perciben a los otros. Los problemas grandes que llevan al sufrimiento son cuando afectan a los más cercanos como pueden ser familia, amigos, compañeros de trabajo o vecinos. La percepción errónea que las personas tienen unas de otras es la semilla de muchos malentendidos.
Cada uno de nosotros vemos la vida con los colores e intensidad que tengan éstos para cada uno de nosotros. Esta visión está afectada por muchos factores: cómo nos educaron, nuestras experiencias y la preparación con la que llegamos al planeta; por decir alguna. Nuestro mundo gira con esa información. Cuando ponemos la atención en otros los calificamos con nuestros juicios y creamos nuestra versión de cómo son, lo que hacen y cómo reaccionan en la vida. Solo podemos usar los colores que tenemos.
Observa con atención. Cuando ves a cualquier persona con tus colores disponibles, estás viendo un reflejo de lo que tú tienes. ¡Cuidado! Esa persona va a comportarse en tu mundo exactamente como tú la ves. Estás manifestando tus pensamientos a través de ella. ¡Atención! Esa persona es totalmente diferente a como tú la imaginas, pero tú no puedes verla así, porque ya te has hecho un juicio de ella. Esto funciona para lo positivo y lo negativo. Puede ser que veas a una persona que te impresione mucho, meses o años más tarde te das cuenta de que te equivocaste. Lo contrario también es corriente. Alguien te puede caer mal, pero cuando llegas a conocerle mejor te sorprende lo ciego que estabas con relación a ese individuo.
¿Te conoces? ¿Sabes quién eres, lo que haces y por qué lo haces? Si no te conoces a ti mismo no puedes conocer a los demás. No importa lo cercanos que sean. No te engañes.
Yo Soy la fuerza de la vida y tú también.
Los que tengáis preguntas, podéis hacérmelas abiertamente o en privado. Siempre que pueda contestaré. Los que estáis en las redes sociales dadle al “me gusta”. No sabes a cuántos puedes ayudar. (Ya sé que hay muchos que no estáis en las redes sociales).