Los enredos que creamos cuando no concebimos que los otros vean las cosas diferente a como las vemos nosotros y hagan lo que nosotros nunca haríamos; eso nos conduce a un desorden que termina en nudos y nos lleva a la confusión y el dolor.
Hablando de alguien: “No entiendo por qué ha dicho …, ha hecho …. Hay que tener …, etc.” Lo que sigue es una retahíla de cómo debería ser. “Así, asao y de la otra manera”. Después sigue: “porque yo digo …, hago … me comporto … y es como debe ser”.
Hay una cosa que nuestra inconsciencia no nos deja ver. ¿Qué es? Vosotros, ¿qué creéis que es? Los que me seguís ya lo sabéis y habrá otros que también. Vemos en los demás nuestra propia imagen. ¡Qué horror! Dirá alguno. No es un horror: es un favor que la persona en la que ves falta te hace, porque te está poniendo en relieve lo que llevas dentro y deberías limpiar/tratar/curar o simplemente entender. Cuando haces esto los nudos se desatan y liberas parte de tus sombras. Sientes alivio y paz, aunque solo sea unos momentos, porque siempre quedan más nudos.
¿Dime si eres consciente de este detalle tan simple y profundo cuando empiezas a trabajarlo?
Yo Soy la fuerza de la vida y tú también.
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